Inés Miño
Buenos Aires / Argentina
Inés ha vivido toda su vida junto al arte.
Su ciudad de Buenos Aires, rica en expresiones artísticas de toda índole, fué el caldo de cultivo en el que empezaron a formarse sus inquietudes.
Allí vivió junto y con el arte. Lo admiró, lo conoció, lo estudió...
Era una espectadora ilusionada, que soñaba timidamente con que tal vez algún día llegaría a ser artista.
En 2007, en un viaje a Europa conoce a los grandes clásicos de la pintura y todo el movimiento artístico (desde el impresionismo hasta la abstracción) en el Louvre y en los grandes museos, galerías y ateliers de París.
Luego en New York dedica jornadas enteras a conocer el Metropolitan, el MOMA el Gughenhein...
En esos días de inmersión artística visita también las galerías y los talleres de vanguardistas pintores y artistas plásticos.
En 2008, en un segundo viaje a Europa, se instala en Barcelona donde el azul intenso del mediterráneo y el contacto directo con la obra de Gaudí dan definitivamente luz verde hacia su liberalización intelectual.
En Barcelona empieza todo...
Allí se destapa la expresividad y el temperamento que desde niña habían estado ocultos en su interior.
Gaudí, Picasso, Miró, Tapies... y esa mágica luz que solo se da en ese rincón del mediterraneo se instalan definitivamente en el alma de Inés y abren de par en par las puertas de su imaginación.
Ya en 2009 residiendo temporalmente en Barcelona, Inés asiste a un taller de pintura con el maestro Pol Resand
Allí su mano se suelta y su imaginación se libera.
En el popular barrio de Gracia Inés mancha sus primeros papeles, primero con carbón, luego los pasteles invaden el papel.
El camino está iniciado, el temor superado, la mente liberada...
Sensibilidad, equilibrio, composición, estética... fluyen ahora libremente desde su interior.
Barcelona, enero de 2009
una Nueva Inés surge de la misma Inés.
El primer paso ya está dado